martes, 16 de octubre de 2012

escenas cotidianas

Hoy voy a dedicar una entrada a narrar escenas cotidianas que me voy encontrando por Argel, ciudad hiperactiva y cosmopolita pese a la impresión que me traje de España pero que a lo largo de los numerosos paseos que ya he realizado por la capital he conseguido transformar en total admiración. 

Sirva como ejemplo este bote de pastillacas recién llegadas del otro lado del Telón de Acero, auténticamente Russian Red's, en velado homenaje a Lourdes (con cariño, si me lees... Estás invitada tú también si os queréis venir Pablo y tú. Aquí te aseguro total discrección e invisibilidad por la calle, con total probabilidad). Ese cubo que ahí véis fuera de escala tiene el tamaño de un cubo de pintura de los de 15l. es decir, para los que no os manejáis en el mundo de la construcción, 40cm. de alto y un diámetro como una canasta de baloncesto. Lo que no sé es si el tamaño de las pastillas van acorde al del contenedor o si dentro hay las 10.000 unidades que parece indicar el envase, sería cuestión de pasar y preguntar, si entre vosotros hay algún interesado.
Otra escena que me causó bastante curiosidad fue esta placa que indica dónde se encuentra la sede de la Liga Regional de Fútbol de Alger, en el segundo piso de este edificio, en pleno centro de la ciudad.

Comparar cómo son tratadas las diferentes sedes dependientes de la RFEF en España, como si fueran pequeños palacetes de los diversos taifas que mandan a nivel territorial bajo el paraguas de Villar, con la humildad que aquí se ve, al menos, te deja perplejo.
Y aquí viene el plato fuerte del día:

Entrar a una carnicería a por unas pechugas y unos muslos de pollo, ponerte a hablar con el carnicero para que me explique los nombres de los diferentes despieces del mismo, seguir hablando de cómo me llamo -aquí me sirve de ejemplo sacar a colación al Pipita Higuaín, tocayo mío-, escuchar un ruido metálico a mi espalda mientras aparece un matarife con el mandil totalmente ensangrentado, volverse intuitivamente a ver qué era el ruido que acababa de surgir en la tienda y toparse con una CABEZA DE TERNERO es una sensación potente e impactante.
Debió ser al ver mi cara cuando me ofrecieron fotografiar la pieza por delante, por detrás y con la bolsa del Barça que podéis ver en la imagen, pues aquí todo está relacionado con el fútbol, cualquier conversación, cualquier chaval por la calle lleva una prenda deportiva de algún equipo europeo o local, ... ¡TODO! ¡ABSOLUTAMENTE TODO! tiene relación con el fútbol. Hasta las cabezas de terneros en los ganchos de las carnicerías. 


 Y, por último, por el momento, una instantánea sobre un tema del que hablábamos el otro día y es que salió el tema de hacer deporte en Alger, que no hemos visto a nadie correr por la calle, que en los parques está prohibido y bla, bla, bla,... que estaría guay organizar una media maratón, que si tal, que si cual,... y volviendo para casa me encuentro este cartel.

¡Hala, en los dientes! Una vez más, la ciudad me sorprende con estas cosas que, aparentemente, no suceden en Alger pero que te hacen pensar que en algún lugar de esta ciudad hay gente que hace deporte, además de tener un carraco con un Remus que parece de competi o motos que ponen en riesgo la vida del conductor y la del peatón.

Entre tanta polución, un respiro deportivo.

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