jueves, 22 de noviembre de 2012

viaje a Orán_14-17/11/2012_día cuarto (y último)

Y por último, nuestra derniére journée à Oran, nos tenía reservada una joya histórico-arquitectónica de la que ninguno de nosotros teníamos constancia: La Fortaleza española de Rosálcazar (s.XVI) y el Palais du Bey, conjunto residencial del Mando turco de la ciudad (s.XVIII).

El conjunto, de alto interés histórico-artístico ha sido estabilizado por el estudio español arcadia arquitectos, de gran interés para los interesados. Aquí dejo una captura de su web.


Es una edificación defensiva situada en el extremo occidental de la ciudad, construida por la armada española a lo largo del XVI como narra el siguiente libro, de gran valor histórico, también, para los amantes de la historia.


Pero nuestra visita comenzó por el Palais du Bey, joya arquitectónica testigo de la presencia otomana en el país y, más concretamente, en la ciudad de Orán.
El Palacio es el lugar donde el Bey Mohamed Ben Othman, llamado "El-Kebir" se instala en 1792 tras arrebatar la plaza a la Corona Española. Hay un buen artículo al respecto AQUÍ
Más conocido en la ciudad como Château Neuf, tras la invasión francesa se convierte en balneario y lugar de descanso de los mandatarios franceses de la ciudad, conservando este uso privilegiado y reservado hasta su salida del país.
El valor histórico-monumental del conjunto, vuelvo a repetir, es incalculable, por lo que espero que, tarde o temprano, se ponga en marcha un proyecto verdaderamente recuperador e ilusionante sobre el terreno.
De momento hay signos que incitan al optimismo ya que, como se puede ver en la imagen y en sucesivas, la paralización de un hotel cercano se ha llevado a cabo y se espera la resolución del conflicto urbanístico que conlleva su presencia.
El cromatismo que se adivina en tiempos pasados debió ser majestuoso, a la altura del palacio de un bey, con motivos decrativos de toda índole y con el gusto y el refinamiento tan particular de la tradición arabo-musulmana.
Actualmente, como os he contado, se encuentra consolidado a la espera de nuevos programas de recuperación o de decisiones de rehabilitación y nueva dotación de funciones.
El patio interior, poblado de vegetación exhuberante, es un colchón de tranquilidad en medio de un entorno idílico y estratégicamente localizado.
Sucesivas intervenciones en el conjunto confunden al visitante, tanto por la mezcla de estilos como por la utilización de materiales y elementos que distorsionan la esencia primigenia del edificio.
Pese a todo, elementos decorativos originales hacen su aparición por cualquier rincón, quedando asombrado por mi parte ante la fantástica conservación de estancias que, aparentemente, se encuentran en el más absoluto abandono.
Como se puede apreciar, las soluciones temporales no enturbian la calidez y riqueza originales de las estancias.
Y la buena conservación de las combinaciones de materiales unidas a la decoración exquisita del conjunto hacen que el valor patrimonial del palacio se encuentre intacto.
En esta imagen se puede observar los contrastes que pudimos experimentar en la visita y que se encuentran en fase de resolución.
El Palacio goza de la prestancia inalterada de otros tiempos solo que arrumbado por el paso de los años y la dejadez y el desuso.

Y aquí dejo unas imágines muy plásticas de la presencia del edificio de hormigón cercano sobre el que se está decidiendo qué hacer con él, a la espera de decisiones gubernamentales y de proyectos integradores como el anteriormente presentado. Está por ver en qué queda todo esto...




A continuación visitamos la Fortaleza española de Rosálcazar (s.XVI), como anteriormente he contado, bastión español erigido durante la presencia española en la ciudad y que posteriormente fue utilizada como cuartel de caballería por la Armada Francesa.
En este ENLACE se habla del conjunto y se dan algunos detalles sobre su historia.
La edificación, típicamente tardorrenacentista, sobria como sólo así puede ser una edificación militar, pero con elementos barrocos como los óculos de piedra de alzado ovalado, es una edificación funcional para albergar las caballerizas de la armada y alojar a sus jinetes.
La factura pone de relieve la mano española, con sus bóvedas de rosca de ladrillo o bóvedas a la catalana, de larga tradición levantina.
Estas son las caballerizas, faltando para su comprensión una entreplanta o mezzanine de madera para el alojamiento de los catres de los jinetes, en una sobrealtura por encima de los caballos. Eso permitía, aparte de una organización racional, el aclimatameinto de la estancia sin necesidad de aportes caloríficos ajenos, es decir, los caballos eran la calefacción natural de la sala de la que se beneficiaban los jinetes.
Hay que imaginarse, a la altura de la cornisa de piedra, un altillo de tablazón de madera sobre el que sormían los jiinetes.

Una vez más, escenas contradictorias.
Aquí se ven los arcos torales de las bóvedas en ladrillo cerámico que aguantan el paso de 400 años en perfecto estado de revista.
Y si el relato es cierto, en esta celda tuvieron preso a Ahmed Zabana, héroe de la Revolución argelina y primer guillotinado por los franceses tras ser juzgado y condenado a pena capital por el asesinato de un guardia forestal y tras la decisión personal a favor de la aplicación por el entonces Ministro de Justicia de Francia, François Mitterrand.
La historia, recientemente llevada al cine, es el relato de uno de los héroes más importantes de la Revolución, miembro fundador del FLN y referente de la historia reciente argelina pese a no estar exenta de polémica por uno y otro bando.
Este es el aspecto exterior de las celdas. Del interior no pude sacar fotografías por lo reducido de su espacio, apenas 5m2 la individual y 10m2 las colectivas, ambas con catres de piedra sobre planos inclinados, así como por la casi inexistente incidencia de la luz.
La imagen exterior del fuerte es esta, donde se pueden apreciar los rasgos incipientes del barroco en la forma ovalada de los óculos de piedra de las ventanas, pese a la sencillez y funcionalidad de la utilización de la arcada de medio punto.
Una vez más traigo a colación la presencia rotunda y en hormigón del rascacielos cercano para que os podáis hacer una idea de la importante presencia y el contraste entrambas edificaciones.


Y de aquí, sin apenas recorrer mucha distancia pues, como nos indicaron nuestros guías, un túnel unía ambas edicifaciones, el Palacio del Bey con esta Mezquita del Pachá que paso a describiros.
La Mezquita, nueva huella de la presencia otomana en el país desde que le fue arrebatada a la Corona Española a finales del XVIII, es la única de este estilo en la ciudad, además de ser la unica mezquita que puede ser visitada a lo largo y ancho del Maghreb. Bien, pues resulta que el día que venimos nosotros a Orán, la mezquita está cerrada y no podemos disfrutar de tan exclusiva visita.
Poco más puedo contar sobre la misma, más que está situada en la casbah de la ciudad de la cual traigo algunas fotografías que acompañan el relato. Espero poder volver y dar buena cuenta de su interior en futuras entradas.



Mención especial requiere una zona de infraviviendas que nos encontramos camino del barrio de las Arenas -también conocico como el Cartier des Toros, por la presencia de uno de los cuatro cosos taurinos existente en África (cinco, contando la de Melilla), del que os hablaré a continuación-.
La acumulación y el abigarramiento, así como las infrahumanas condiciones de vida llaman la atención por ser la primera vez que encontramos algo así en Argelia. Las chabolas se suceden en solución de continuidad de manera que parecen no tener fin y aparentar una favela brasileña.
Tras preguntar por el motivo de esta acumulación en condiciones tan insalubres, nuestros guías nos remiten a los expulsados de Alger tras el estallido de la Guerra Civil de los años '90, tanto por haber pertenecido a grupos terroristas o estar, de alguna manera, implicados en la lucha islamista como por haberse visto afectados por la violencia de estado o paramilitar.
El caso es que la mera observación pone los pelos de punta y parece, no sólo haber retrocedido 50 años en el tiempo, sino haber cambiado de país y encontrarnos en cualquier ciudad de América Latina y no en la Argelia que nosotros conocíamos hasta el momento.
Ya estoy investigando al respecto y espero tener respuestas más adelante que pueda compartir con vosotros. De momento, os dejo estas escenas para que compartáis conmigo el horror del día a día de esta gente.


Y, por fin, Les Nouvelles Arénes de Orán, una de las cuatro (cinco, contando Melilla) plazas de toros que existen en África, junto a las de Tánger, Casablanca (Marruecos) y Malabo (Guinea Ecuatorial). Existe cumplida información al respecto por lo que os adjunto este ENLACE para interesados sobre el tema.

No hay mucho que pueda decir sobre el tema, salvo que es una plaza construida en la primera década del s.XX y estuvo en funcionamiento hasta la Independencia argelina.

Tras esta fugaz visita en la que no pudimos ver la plaza por dentro al encontrarse cerrada, volvimos sobre nuestros pasos en busca del reataurante del hermano de Hakim, antiguo jugador del Olympique de Marseille y de la Selección de fútbol Argelina durante los años '80 (o al menos eso nos contó...).

Escenas de las afueras de la Cidad de Orán, muy distintas a lo que se puede uno encontrar en el interior.
Et voila!, le resto-pêcherie El Baraka, propiedad del hermano de Hakim, que no nos pudo recibir, por encontrarse fuera de la ciudad y en el que nos pusimos filipinos a comer pescado, gambas y calamares, invitación correspondiente y que no podía faltar según las costrumbres locales, de nuestro guía y cicerone particular.


El menú consistió en un entrante de sopa de pescado, más bien un consomé, delicioso pese a su color mostaza que, en un principio, suscitó dudas en más de uno de nosotros, abundante y de la que repetimos hasta acabar con dos fuentes como la que nos muestra Isaac, ferviente defensor de la misma tras disfrutar de su sabor.

Para continuar, plato por cabeza de gambas (crevettes), pescadilla (merlon), salmonetes (rosées) y sole -que no sé cómo cojones se dice en castellano pero que parecen gallos pequeños, tamaño salmonete pero plano-, amén de un buen puñado de calamares (tal  cual en francés).
De beber, hamoud blanco, que es como casera pero dulce; limonada blanca, ¡vaya! DE-LI-CIO-SA; soy ultrafan de esta bebida que es, muchas veces, más barata que el agua y es de producción nacional.


Y, como no, para finalizar, una última mención especial a nuestro anfitrión, Hakim, el sobrino de Bouameur, ambos deliciosamente corteses y adorables, absolutamente entregados a nosotros estos últimos cuatro días en Orán y que han hecho que nuestra estancia haya sido, además de productiva, una completa maravilla.


GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS 
A AMBOS POR LAS ATENCIONES PRESTADAS Y ESPERAMOS SABER DEVOLVEROSLO.