viernes, 11 de enero de 2013

viaje a Tipaza_07-12-2012

El viernes 7 de diciembre, tras una larga mañana sin decidirnos qué hacer, nos decidimos por hacer un viaje relámpago a Tipaza en busca de un primer contacto con uno de los conjuntos monumentales más importantes de toda Argelia y que aún no habíamos visitado pese a encontrarse a escasos 60 km de Alger.




La ciudad, Tipaza, fundada por los fenicios alrededor del siglo V A. de C., fue una importante urbe mediterránea ya bajo la influencia de aquel imperio oriental y, sobre todo, con la anexión por parte de Roma de la Mauritania, allá por el 150 A. de C.







La denominación deTipaza, cuyo nombre quiere decir en fenicio "lugar de paso" o "escala", encuentra su origen en la deformación de la palabra bereber "tafsa", que vendría a significar "arenisca" o "piedra calcárea", tan presente en la orografía del norte de áfrica y frecuentemente utilizada en la construcción por estos lares.
Tras su fundación, allá por el siglo V A. de C., la ciudad alcanza su esplendor bajo la tutela ya del Imperio Romano y durante el reinado del rey numida Juba II, capturado por Julio César durante su serie de victorias triunfales sobre Vercingétorix en la Guerra de las Galias (-58 a -51 A. DE C.) ["¡¿Alechia?!, ¡Yo no ché dónde echtá Alechia!"; apunte para freaks y fans de Astérix y Obélix) y sobre Arsinoé de Egipto, y llevado a Roma con apenas cinco años para ser educado allí.

Allí es educado por Octavia la Menor, hermana del primer Emperador Romano, Augusto y sobrina de Atia Balbia, sobrina de Julio César, y, a la postre, mujer de Marco Antonio durante su periodo de buenas relaciones con el Imperio Romano, matrimonio que se rompe cuando éstas se convierten en enemistades y vuelve a Egipto en los brazos de su antiguo amor, Cleopatra VII de Egipto.



¿Por qué toda esta introducción dinástica de hace más de dos mil años? Además de para hacer las delicias de mi buen amigo Ignacio Cabestrero -al cual aguardo con impaciencia para alquilarnos un todo-terreno y recorrernos el vasto patrimonio clásico existente en este país- para poneos en antecedentes con respecto a Juba II, rey numida que regenta esta plaza en su periodo de máximo esplendor.

Retomo mi relato.

Juba II es educado en Roma por Octavia la Menor, como bien decía, felizmente casada en aquel entonces con Marco Antonio, donde es educado en los valores imperiales y formado en habilidades militares, al igual que sus hemanastros, con el objetivo de continuar la dinastía y poder optar a reinar en alguna provincia romana.





Juba II participa en la campaña de Oriente, del -31 al -29 A. de C. y, probablemente, en la de Iberia, del -26 al -25 A. de C., donde el Emperador Augusto puede advertir su fidelidad y diligencia por lo cual, pese a no ser hijo suyo, lo premia con una parte de las provincias gobernadas por Bocchus y Bogud, reyes ambos de sendas provincias pertenecientes al Reino de Mauritania, en el actual Magreb, y cuya futura capital sería  la villa que nos ocupa en este post: Tipaza.


Por otro lado, tras la derrota de Marco Antonio y Cleopatra VIII en la campaña de Oriente, los hijos de aquellos son traídos a Roma como botín de la derrota del Imperio Egipcio y como trofeo por la anexión de aquella provincia al Imperio Romano. 

Éstos eran Julio Antonio, Alejandro Hélios, Ptolomeo Philadelphia y, nuestra rutilante estrella y futura mujer de aquel rey numida bajo la tutela romana, Juba II, Cleopatra Selene, llegada a Roma con apenas diez años de edad y que se iba a convertir en una figura muy importante e influyente, tanto en la vida de Roma como en el matrimonio y simultáneo reinado sobre los mauritanos.

Estos pequeños retoños frutos del mítico matrimonio entre Marco Antonio y Cleopatra fueron educados y criados bajo la tutela de Augusta la Menor, mujer del Emperador Augusto.


De nuevo os preguntaréis, ¡Pero menuda chapa! ¿Y a qué viene este ladrillazo dinástico más propio de Dallas o de Corazón de Primavera?, pues primero, para que aprendáis algo de historia, segundo, para que veáis que en aquel entonces -al igual que hoy en día en las altas esferas del poder, los puestos influyentes se los reparten entre las mismas familias de siempre- y, por último, porque la villa romana que visitamos creció y dio lustre a la provincia sobre la que ejercía gobierno y que administraba la pareja Juba II-Cleopatra Selene y porque os voy a contar algo sobre un monumento absolutamente impresionante, mítico y, en gran parte, tan misterioso que a día de hoy todavía no se sabe gran cosa sobre él.




Pero aún no os voy a desvelar el secreto. Tenéis que seguir tragándoos mi lección histórica.


La villa, desarrolló su apogeo mediante el comercio de materias primas como la propia piedra caliza extraída de las canteras próximas, destinada a la construcción a lo largo y ancho del Imperio Romano, así como de la exportación de los productos provenientes de la agricultura propia del clima mediterráneo: aceitunas y aceite de oliva, cítricos, uva y vino, así como conservas de pescado tan afamadas en aquel momento del Imperio Romano.

Todo este esplendor se tradujo en el establecimiento de un importante puerto comercial situado en la ciudad de Tipaza, lo que hizo de esta plaza un lugar muy importante en la ribera sur del Mediterráneo, en un lugar geográficamente muy centrado respecto al Imperio Romano, y de gran concurrencia de navegación por cabotaje.





Al contrario que otros campos arqueológicos del país, la villa romana de Tipaza no es fácilmente legible debido a que  una gran parte de los restos se encuentran todavía por desenterrar.

Pese a todo, la ciudad es de unas dimensiones importantes, no dándonos tiempo en esta primera visita más que a una primera toma de contacto y descubrimiento del lugar.


El estado actual de la villa se encuentra separado en dos conjuntos, el primero, situado extramuros, a mano derecha según se llega desde Alger, corresponde a una gran necrópolis junto a la basílica funeraria de Sainte Salsa.







En segundo lugar, se encuentra el parque arqueológico sobre el que se han realizado más prospecciones y que se encuentra situado en la salida oeste de la actual ciudad y que reúne la majoría de los monumentos que han sido adecuados para la visita y los recorridos abiertos para disfrutar de las ruinas.





Como podéis ver en las fotos que acompaño, la visita es de una belleza importante, tratándose de unas ruinas romanas situadas en la misma orilla del mar, en un espacio completamente abierto al Mediterráneo y con una luminosidad deslumbrante.

El azul del Mediterráneo baña todos y cada unos de los rincones por los que uno se puede perder en esta ciudad.



El Parque arqueológico, que fue lo poco de lo que pudimos disfrutar en la apenas media hora de visita que nos dejaron disfrutar,  es utilizado por los habitantes de la ciudad y otras villas cercanas entre las que se incluye, claro está, la capital, Alger, como espacio de esparcimiento a donde acudir con amigos o en pareja para pasar realmente un agradable día junto al mar, disfrutando (o no), de los ecos de esplendores pasados.



En estas imágenes se puede ver parte del cardus y algunas edificaciones en las que todavía no he profundizado, por lo que prometo una próxima entrada tras documentarme bien del lugar y tener algún conocimiento sobre la historia de la ciudad y su pasado.





Os dejo alguna imagen más sobre el parque arqueológico antes de desvelaros el misterio que os avanzaba al  principio del post y con el que os he hecho sufrir dándoos una sucinta pero pesada introducción en historia romano-mauritana.






¿Por qué he hecho tanto incapié en las figuras de Juba II y Cleopatra Selene, reyes de Mauritania en el primer siglo anterior a nuestra era? 

Pues, además de por mi desconocimiento sobre sus personas antes de realizar este viaje, por lo que descubrí con posterioridad al documentarme sobre ellos y que ahora os voy a ahorrar pues este post tiene que ver con el patrimonio arqueológico y la arquitectura histórica y de ello me dispongo a hablar, pero antes, os dejo esta foto como introducción:


Esta construcción con la que nos topamos de vuelta del parque arqueológico de Tipaza es el llamado Mausoleo Real de la Mauritania, más conocido como La Tumba de la Cristiana (Tombe de la Chrétienne), debido a las cuatro falsas puertas decoradas por enormes cruces latinas que se encuentran en cada uno de los puntos cardinales del conjunto y debido al tardío descubrimiento de su génesis y del significado del propio munumento hasta épocas recientes, siendo todavía hoy un misterio a desvelar.
El monumento, declarado Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO en 1982,  ha sido fruto de múltiples avatares a lo largo de su prolongado letargo tras su creación y tras la larga Edad Media que hizo olvidar los rastos de sus creadores. Aquí os dejo un libro donde os podréis iniciar en el descubrimiento de este monumento y compartiréis conmigo el absoluto enigma que encierra este túmulo. Os dejo también este vídeo por si sois más de la peli que del libro.
El caso es que este monumento encierra un absoluto e imposible de desvelar enigma: ¿contiene o ha contenido los restos de ambos reyes numidas?


¿Podría, por otro lado, contener o haber contenido los cuerpos de Marco Antonio y Cleopatra VIII tras su suicidio y desaparición, siendo construido por su hija Cleopatra Selene para dotar a aquellos de un lugar donde reposar y entrar en el reino de los Dioses? 




Lo cierto es que el conjunto es absolutamente impresionante, además de ser un lugar del que disfrutaréis en absoluta soledad, ya que los parques arqueológicos argelinos poco tienen que ver con las aglomeraciones a las que estamos acostumbrados en Europa.


Y con este gran enigma, propio de La Nave del Misterio con la que tanto dejamos volar nuestra imaginación, llevados del timón por el enorme Iker Jiménez, os dejo para que podáis siguiendo investigando al respecto y esperando que este relato haya abierto vuestro apetito sobre la historia antigua y este apasionante mundo de los reinos numidas del norte de África, tan desconocido en occidente como interesante y aún por descubrir.



Paseando entre las ruinas que una vez Juba II y Cleopatra Selene mandaron construir os dejo hasta la siguiente entrada.


Abrazos a los presentes y besos a las madres que lean estas líneas.

Muy ricos los chorizos y el jamón que nos hemos traído esta Navidad. Ya os estamos echando de menos.

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