El sábado 27 de octubre por la mañana, después de haber vivido nuestro primer Aïd El Adha (Día del Cordero) en Alger -del cual daré debida cuenta en otra entrada por la importancia del evento-, decidimos pillar algo de comida y de bebida y marcarnos un pícnic en el Jardin d'Essai du Hamma (y segundo enlace), un parque de Alger de una configuración comparable con El Parque del Buen Retiro de Madrid, aunque de una cuarta parte de superficie.
El parque, de unas 30 Ha. de superficie, surge como un jardín de aclimatación de especies, tanto al suelo africano como a las condiciones higrotérmicas de la zona.
Concebido hacia mediados del siglo XIX, el conjunto es todavía hoy uno de los jardines de aclimatación más importantes del mundo, contando con numerosísimas especies, tanto de clima húmedo como de estepa y sabana, así como especies arbóreas de clima mediterráneo.
A lo largo del parque se pueden encontrar obras escultóricas del artista Émile Gaudissard, artista total a caballo entre el XIX y el XX, de estilo orientalista.
La que aquí acompaña es una de ellas.

Trataré de explicaros las diferencias entrambos, tanto por su ubicación en la Historia, sus componentes ideológicas como sus principales características, acompañado todo ello de algunas fotografías.

Surge, por tanto, como contraposición al jardín ortogonal francés, que luego explicaré.

Este movimiento va ligado al romanticismo, a la percepción inesperada -en contraste con el racionalismo francés del siglo anterior-, a lo abrumador, se busca una sensación clave: extasiarse ante lo percibido.
Así se recrean espacios como los que aquí acompañamos, aparentemente selváticos, con estanques, ríos, cascadas, estatuas, ruinas...
El máximo exponente de este estilo fue Lancelot Brown, y ejemplos de estos jardines son Hyde Park o Central Park, como podéis ver, ambos referentes de las capitales anglosajonas y representantes de un estilo, tanto estético como político.

Este estilo surge en paralelo al reinado de Luis XIV, Rey Sol, durante el siglo XVII, donde la perspectiva y la grandilocuencia son dos conceptos fundamentales que van a estructurar la configuración de estas obras.

Grandes avenidas que aparentemente no tienen punto final, separando amplias zonas ortogonales de plantaciones uniformes son la estampa clásica de un jardín francés.
El parterre es el elemento configurador de este estilo, así como la formación de terrazas descendentes que hacen que la percepción de prolongación infinita en el espacio sea todavía más importante.
La clave es la infinidad perceptiva.
La clave es la infinidad perceptiva.

El elemento vertical que refuerza la perspectiva, proporciona nuevas líneas de fuga y domestica o idealiza la naturaleza son conceptos que nunca faltan en este estilo francés tan -todavía incipiente- racional.
Es fundamental la idea de domesticar la realidad, del ideal naturalista, en una época de despotismo ilustrado donde la negación de la realidad iba aparejada a una ilustración parasin el pueblo, por lo que aceptar la realida significaba erradicar el modelo de sociedad en el que vivían las clases pudientes del momento, empezando por el propio Rey y siguiendo por su pléyade de cortesanos, aún desconocedores de cómo iban a acabar a finales de ese mismo siglo.
En este parque podemos comprobar cómo los elementos vegetales propios de este clima les permiten ser utilizados como un elemento compositivo más propio del lenguaje de este estilo, enmarcando grandes avenidas entre ejes formados por palmeras de una altura que produce vértigo con solo mirarlas.
Unido al carácter festivo del día que llevó a multitud de argelinos a disfrutar del parque, nos permitió disfrutar de un día de no mucho calor, seco, y con un sol radiante, pudiendo disfrutar del Jardin d'Essai en plenitud de condiciones.
Estas que acompaño son imágenes que dan muestra de lo desmesurado del conjunto, de la riqueza de su flora y del espacio de esparcimiento tan interesante del que pueden disfrutar los habitantes de esta ciudad.
Dejo para otra entrada las explicaciones sobre el zoológico que también se encuentra en este parque pues, algo que quería dejar premeditadamente para el final, en este parque se rodó, en 1930, la primera entrega de la saga de Tarzán, "Tarzán y los monos", protagonizada por Johnny Weissmüller, utilizando animales de este parque zoológico, fundado en 1900 y del que mejor no me extiendo más en esta entrada.
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