El mismo jueves por la tarde, tras una aventura con mis amigos españoles que obviaré relatar, disfrutamos de un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Argelia, dirigida para la ocasión por el maestro Ignacio García Vidal y la participación al piano de la solista Patricia García Gil, con motivo del Cincuentenario de la Independencia del país, así como del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre nuestro país y Argelia.
Del evento no tengo mucho documento gráfico y el poco del que dispongo es de malísima calidad, aunque os podéis hacer una idea del pitote. Gradas abarrotadas -lo vimos sentados en la escalera- y un calor tremendo debido a la ausencia de aire acondicionado hicieron que el disfrute del concierto se viera mermado considerablemente.
Aún así aguantamos la hora y media que duró el evento, disfrutando de las canciones de Manuel de Falla y de Schumann que interpretaron, con un cierre inesperado con El Amor Brujo, que no aparecía en el programa.
Mención especial requiere la primera canción del concierto, composición argelina con la participación de dos solistas con darbouka que me pareció interesante e intensa a partes iguales.
Aquí os dejo alguna imagen, como ya he dicho, tanto del interior del auditorio como del patio del Palacio, una vez más, arquitectura que quita el hipo y demuestra la grandeza de este país.
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