miércoles, 24 de octubre de 2012

hotel El Aurassi

Todavía no estábamos recuperados del shock de ver Alger sin coches y decidimos emprender una subida sin concesiones al hotel El Aurassi, hotel de referencia en la ciudad y atalaya incomparable desde la cual disfrutar de la misma y, por extensión, de toda la Bahía de Alger.
Pero teníamos mucho que ver por el camino antes de llegar a nuestra meta...

Pistas deportivas en cualquier rincón de la ciudad mimetizadas entre la vegetación más salvaje que os podáis imaginar nos hacían pensar que estábamos en La Habana o en Kingston nos volvieron a reafirmar la importancia del deporte en esta sociedad, donde puedes ver a cantidad de gente aprovechando dichas infraestructuras a cualquier hora del día.


Es de remarcar la afición por el deporte que tiene esta gente inculcada en sus cabezas.
Y, por fin, El Aurassi.

Una mole racionalista recién remozada, en una posición privilegiada que disfruta de las mejores vistas de la ciudad y que corona el Boulevard vertical de la Grande Poste del que ya he hablado en entradas anteriores.
El hotel tiene unas dimensiones desmesuradas en cualquiera de sus estancias -al menos de las que pudimos disfrutar- y la decoración está diseñada a medida de las mismas, como podéis ver en la lámpara que preside este hall de paso a la cafetería.
Y, una vez en la cafetería, estas son las vistas de las que pudimos disfrutar mientras disfrutábamos de unos refrigerios bien merecidos tras un día matador.
Ésta es la piña colada que me sirvieron y en la imagen a continuación podéis haceros una idea del avituallamiento con el que compartimos las vistas de la ciudad.
Por último, os dejo unas tarifas del hotel, no demasiado caro para los estándares europeos, por si os animáis a disfrutar del mismo para cuando vengáis a visitarnos ;) .

19.10.2012 Día sin coches en Alger

El viernes 19 de octubre el día amaneció sin coches. 

Una experiencia sobrecogedora en una ciudad donde el tráfico es enloquecedor. Vivir en Alger y no disponer de un coche es tan extraño que, cuando la gente me pregunta y yo les respondo que no, que no tengo coche, que voy andando, en taxi o en autobús a los sitios, me miran raro, como desconfiando de un español que se ha venido a l'Algerie sin más motivos que a vivir con su pareja...

Alger es una ciudad preciosa como ya he repetido en multitud de ocasiones, máxime en su centro urbano del cual Didouche Mourad es su espina dorsal, eje prolongado por la Avenue El Kettabi que desemboca en la Grande Poste, gran explanada en pendiente donde se encuentra el singular edificio donde tiene la sede el servicio postal y de telecomunicaciones público.


Pues esa mañana no había ni un solo vehículo en todo el centro de la ciudad.

La experiencia no podía ser más sobrecogedora.

Poder pasear por el medio de la calle, observando con absoluta tranquilidad los edificios, disfrutando de una miríada de chavales corriendo detrás de otra miríada de pelotas, o deslizando sobre unos patines o, tal vez, pedaleando encima de un triciclo o una bicicleta fue una sensación que guardaremos mucho tiempo en nuestras cabezas y que estamos ansiosos de que se vuelva a repetir.

La iniciativa, que forma parte de los fastos y celebraciones con motivo del Cincuentenario del Aniversario de la Independencia del país, surge a raíz del Día sin Coches en Alger, una de las actividades que tratan de recuperar la ciudad por parte del viandante, así como dotar de espacios públicos y de relación en una ciudad carente de los mismos.

El día comenzó con una carrera de 5km. por el centro de la ciudad organizada por Nike, donde miles (literalmente, miles) de argelinos pudieron disfrutar de un Alger sin coches, al ritmo de la música y perfectamente organizada, camiseta y avituallamiento incluidos. 

Fue una pena llegar tarde a la inscripción, la próxima vez estaremos atentos al evento. Sólo nos dio tiempo a mandar a un corresponsal que nos informó puntualmente de lo acaecido. 




Ya por la tarde, tras disfrutar de mi primer y satisfactoriamente realizado cous-cous del cual daré buena cuenta y detallaré en una futura entrada reservada a viandas típicas del país, bajamos a la calle sin saber realmente lo que nos esperaba.

La calle, cortada al tráfico como anteriormente os comentaba, había sido transformada en un gigantesco polideportivo lineal y se encontraba repleta de gente.

Niños de todas las edades, jóvenes monitores deportivos, padres cuidando de sus retoños y paseando sillas de ruedas desde las que brotaban brazos y pernas dispuestos a incorporarse al sarao pese a la firmeza de sus fijaciones a la silla.

Cientos, miles de niños practicando todos los deportes
existentes en equipo o en competición directa uno a uno o dos a dos.

Badmington, tenis, fútbol, balonmano, baloncesto, esgrima, artes marciales, ajedrez, atletismo,... allí no faltaba ni una sola disciplina olímpica, por nimia que ésta fuera.

Empezaré a tratar de describiros la escena con la que nos encontramos hablándoos uno por uno de cada deporte que nos íbamos encontrando a medida que bajábamos Didouche y El Kettabi en dirección a la Grande Poste para, una vez allí, acabar completamente maravillados con lo que un día de relación y esparcimiento puede significar en este país y, más concretamente, en esta ciudad. 




La primera cancha con la que nos encontramos fue con la de tenis, a la que no hicimos mucho caso ante la estupefacción que nos causó encontrarnos ante semejante panorama deportivo-festivo.

En ella jugaban un partido de dobles cuatro chavales que no levantaban un palmo del suelo, dirigidos por dos monitores que se encargaban de ir sucediendo los turnos para que todos pudieran jugar por igual, dado que había una cola de unos diez chavales esperando para entrar a jugar.

Fue en la pista improvisada de bandmington donde nos paramos a observar el percal. Sí, bandmington, habéis escuchado bien. Un deporte que en España apenas si lo juegan un puñado de personas en cada ciudad.

Pues bien, en esta pista se agolpaban decenas de chavales que esperaban ordenadamente que el monitor (el chaval con la camiseta roja y la gorra, en la foto) les indicase que su turno había llegado.

Aquí fue donde Ignacio y yo no resistimos la tentación y pedimos la vez. Ordenadamente, como no podía ser de otra manera y como habíamos observado en el resto de asistentes, nos incorporamos a la cancha para dar unos raquetazos al volante de plumas.

¡Una gozada poder disfrutar de un partidito de bandmington en pleno centro de Alger, entre edificaciones del XIX y mientras una argelina de unos 14 ó 15 años nos daba para el pelo mientras se lo pasaba pipa con nosotros.

Es bastante gracioso y quiero contarlo aquí que, en el momento que notan que somos españoles, su actitud hacia nosotros cambia por completo, iniciándose una rivalidad sana y muy deportiva ya que  se deben pensar que somos buenos a cualquier deporte.

La marca españa, sheñor Mariano. Debe ser eso.




Cuando aún no nos habíamos recuperado de nuestra sorpresa y tras el partidillo anterior, seguimos calle abajo en busca del siguiente deporte y, cual no sería nuestra sorpresa, cuando me encuentro una pista estrecha, dos marcadores electrónicos y sendos monitores vistiendo a estos don monigotes como si fuese el día de la fiesta de disfraces del colegio...

¡ESGRIMA!

Esta gente estaba fomentando la esgrima entre la juventud de la capital. Un deporte que inventamos los españoles allá por el siglo XVI y que salvo Manu y su hermano Pablo (desde aquí un saludo a ambos) no conozco a nadie que la practique en nuestro país.

Mucho menos me puedo imaginar un fomento de este deporte como el que estaba contemplando con mis propios ojos.

La escena de estos dos niños argelinos frente a frente, batiéndose en duelo disfrazados de Darth Vader, mientras sus madres contemplan la escena es una de esas fotografías que me llevo de este país, para siempre, en mi corazón.

Aquí abajo podéis ver otra escena graciosa: un argelino vestido de manera tradicional, con sus barbas y sus habitos religiosos, calzado con unas zapatillas de deporte, enseña a un chaval de unos 8 ó 10 años al manejo de la espada.

Increíble.

Cuánto que copiar en nuestra civilizada sociedad, exportadora de conocimiento y de costumbres.

Y una llamada para todos aquellos que tanto aman el deporte. 
Deporte significa algo más que fútbol de primera división.


A continuación el plato fuerte en cuanto a lo deportivo se refiere, si nos guiamos por la asistencia de público al evento, como se puede ver en la imagen, fue la zona de demostraciones de deportes de contacto: artes marciales.

Una serie de chavales de diferentes edades iban sucesivamente saliendo al tatami para demostrar sus habilidades en los diferentes deportes.

Judo, karate, taekwondo y derivados hicieron las delicias de una gran cantidad de gente que allí se citaron para ver semejante demostración de bravura y gallardía.


Una vez superada la Plaza Audin e inmersos en la Avenue El Kettabi, los deportes individuales dejaron paso a los de equipo como el balonmano y el baloncesto, pues en esta zona, más amplia, el desarrollo de los mismos era más sencillo y organizado.

Ver esta zona de la ciudad como se puede ver en la imagen que acompaño es de tal impacto como, para los que vivís en Madrid, ver Callao desierto o, para los Barceloneses, de adopción o no, ver Plaza Universidad sin un vehículo a motor... 

Qué os puedo contar... ¡Que vengáis a vernos!

En cuanto a la escena del balonmano, una imagen vale más que mil palabras, por lo que haceos una idea con la que aquí debajo adjunto.


Y, a partir de aquí, se acabaron los deportes y comienza el concierto de gnawa en la Grande Place de Alger.
¿Que qué es la gnawa? Pues un estilo musical africano, proveniente de la zona del sahel, con ritmos muy cadenciosos y repetitivos que inducen al trance y que, para mejor comprensión, adjunto definición, as usual, y un par de vídeos del grupo que nos encontramos allí, comandado por Joe Batoury, estrella local y referente en este estilo.
Este es el ambiente que se respiraba en la Place de la Grande Poste
Joe Batoury, referente de la gnawa y estrella local
Nos dio tiempo, incluso, a integrarnos con la afición local con la que quisimos inmortalizar el momento.

lunes, 22 de octubre de 2012

Concierto en el Palais de la Culture Moufdi Zakaria de Alger

El mismo jueves por la tarde, tras una aventura con mis amigos españoles que obviaré relatar,  disfrutamos de un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Argelia, dirigida para la ocasión por el maestro Ignacio García Vidal y la participación al piano de la solista Patricia García Gil, con motivo del Cincuentenario de la Independencia del país, así como del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre nuestro país y Argelia.
Del evento no tengo mucho documento gráfico y el poco del que dispongo es de malísima calidad, aunque os podéis hacer una idea del pitote. Gradas abarrotadas -lo vimos sentados en la escalera- y un calor tremendo debido a la ausencia de aire acondicionado hicieron que el disfrute del concierto se viera mermado considerablemente.
Aún así aguantamos la hora y media que duró el evento, disfrutando de las canciones de Manuel de Falla y de Schumann que interpretaron, con un cierre inesperado con El Amor Brujo, que no aparecía en el programa.
Mención especial requiere la primera canción del concierto, composición argelina con la participación de dos solistas con darbouka que me pareció interesante e intensa a partes iguales.
Aquí os dejo alguna imagen, como ya he dicho, tanto del interior del auditorio como del patio del Palacio, una vez más, arquitectura que quita el hipo y demuestra la grandeza de este país.

Débat sûr l'Architecture et l'Artesaniat à l'Instituto Cervantes d'Alger


El jueves 18 de octubre tomé contacto con el Instituto Cervantes de Alger, centro español donde se aglutinan todas las actividades relacionadas con la cultura que se celebran en la ciudad y que son organizadas por organismos españoles. Éste está situado en un antiguo convento de las Obras Pías, en la Rue Khelifa Boukhalfa, 9, en pleno centro de la ciudad.

En el Cervantes de Alger hay una biblioteca que quita el hipo, además de tener una bibliotecaria que es un encanto y una auténtica mina de conocimientos sobre cine y literatura en castellano. Además, esta biblioteca está consagrada a la obra de Max Aub, escritor e intelectual comprometido no muy conocido en nuestro país y con una desgarradora vinculación con Argelia. No me extenderé en la narración de hechos que conforman su vida y os animo a ver el siguiente documental como introducción al personaje. A partir de ahí, el que quiera descubrirlo de verdad, que empiece con cualquiera de sus libros, ya sea de poesía de vanguardia anterior a los años '30 o de prosa y poesía, también, neorrealista, posterior a los dramáticos eventos de los años '30 y '40, sumados a su exilio en México. Para la gente que se siente atraída por los ísmos y los movimientos plásticos del siglo XX, recomiendo especialmente Jusep Torres Campalans (1958), libro completamente demencial en clave de biografía inventada de un supuesto artista de vanguardia moderna que incluye la inventada producción del artista efímero. 


estante dedicado a Max Aub en la Biblioteca del Cervantes de Alger

Pero ahora paso a contar lo que realmente me llevó allí al jueves 18 de octubre y que iba a afianzar muchas de mis convicciones sobre la arquitectura, de mano de uno de los arquitectos más interesantes del panorama nacional y un teórico de esta disciplina que dedica gran parte de su tiempo a expandir este conocimiento ante audiencias de uno y otro continente: Javier Peña Galiano, arquitecto fundador del estudio xpiral y ponente de la charla sobre "Arquitectura y Artesanía" organizada por FUNDESARTE, por medio del proyecto RIDART, una de cuyas responsables, MªÁngeles Muñoz, había tenido la gentileza (¡y el acierto!) de invitarme en los últimos estertores de la recepción en la residencia del embajador español en Alger.
 aspecto del salón de actos del Cervantes previo a la conferencia
El tema de la conferencia, como ya he avanzado, era la necesidad de conjugar artesanía y arquitectura, pero no artesanía entendida como elemento decorativo extraído de su auténtico significado y su originaria utilidad, sino como elemento transversal y catalizador que permita dotar de nuevas herramientas al lenguaje arquitectónico, que sirva como una herramienta más para elaborar la obra en sí misma además de dotar de nuevos usos a las creaciones artesanas y a las aplicaciones de sus conocimientos ancestrales.

¿Qué es artesanía? "Artesanía es construir un Airbus 300", en palabras de Peña Galiano. ¿Por qué?, "porque se construye uno a uno, con las propias manos de los especialistas en la materia y con la intención de hacerlo bien, elemento necesario para que exista la artesanía".

A lo largo de la charla, de un par de horas de duración, el arquitecto (el término se queda corto por su especificidad ya que, como bien dejó claro, hay que buscar la ambigüedad permanente, el no saber qué es uno mismo) hizo un recorrido por su obra -la cual se puede ver en su página web- haciendo notar cómo en sus proyectos coexiste la alta tecnología con la metodología artesana, la construcción con los procesos artesanos, la adaptación de éstos a aquella y no al revés, para enriquecer de esa manera el pryecto arquitectónico pero, sobre todo, por encima de cualquier aspecto, uno fundamental por parte del director de orquesta, del arquitecto: LA IMPLICACIÓN.

Es esta implicación la que hará que nuestra profesión tenga sentido, que se desligue de la mera construcción, que adquiera identidad propia y valor en sí misma. Es fundamental sentir el proceso proyectual arquitectónico como una suma de esfuerzos encaminados a conseguir una obra única. Única porque por definición no existen dos obras arquitectónicas iguales, como no existen dos esculturas iguales; como no existen dos jarrones de alfarero iguales; como no existen dos melocotones iguales; como no existen dos gotas de agua iguales, pese a ser idénticas.

El coloquio posterior, muy interesante por la aportación que desde el público íbamos haciendo, desde un punto de vista de arquitecto, de artesano, de mero estudiante en proceso, de político responsable o de atizador cultural, completó el ya de por sí rico discurso del ponente, lo que nos llevó a disfrutar de una mañana completamente inesperada por mi parte.

Tanto mi cuaderno de notas como mi ordenador están llenos de anotaciones y fotos de las imágenes que Peña Galiano iba aportando al discurso de las cuales pondré un par de ellas para que os hagáis idea del formato, pero reservo al profano la chapa monumental que sería profundizar en explicaciones teóricas al respecto. No obstante, si hubiere interesados en la materia, estaría encantado de profundizar en el asunto.

"CASA TUNNING", intervención sobre una infravivienda sin ningún valor arquitectónico (primera imagen), pegada al mar Mediterráneo, a la cual se le incorporan técnicas artesanas de anudado de maromas y cabos de tradición marinera (segunda imagen) hasta conseguir un remozado, o tunning, como se puede ver en la última imagen.
Un ejemplo de aplicación de técnicas artesanas al proyecto arquitectónico.


Journées Cinématographiques d'Alger 2012

Durante la semana que transcurre desde el 14 al 19 de octubre de 2012 tuvieron lugar en Alger las Jornadas de Cine, organizadas por la asociación "À nous les écrans", celebradas en la Cinemateca Argelina, situada en la Rue Larbi BEN M'HIDI.

Durante toda la semana pudimos disfrutar de una serie de películas, tanto la sección oficial, dentro del concurso de las Journées, como otras fuera del mismo, donde había cortometrajes, mediometrajes y películas.

Empezaré dando unas pinceladas sobre la Sección Oficial a Concurso:

Ésta se abrió el lunes 15 con "Post/11", de Nadia Zouaoui (2012), película que narra las reacciones en contra de los musulmanes tras los ataques al WTC de Manhattan por parte de los habitantes no islámicos, canalizando todo su shock post-traumático hacia aquella minoría. La pena fue que la película, producida por Al-Jazeera y rodada en inglés, estaba traducida con una voz en off al árabe, así como los subtítulos, también en esa lengua. No aguantamos más que los primeros minutos, pero ya estamos sobre la pista de la versión original. Película con una pinta muy interesante por el enfoque opuesto y novedoso frente a un evento del que se han llenado muchos párrafos de opinión.

El martes 16 algunos de nosotros preferimos el España-Francia a las Jornadas, por lo que el relato que voy a dar es el que me llega del comando cinéfilo, de mi absoluta confianza y con mejor criterio, si cabe, que el mío propio. Así pudo verse en la Cinémathèque Algeriénne de la Rue Ben M'hidi la película "Foreign", de Mirriam Fassbinder (¿2012?), relato desgarrador del trayecto de migración de un joven de 19 años que se ve obligado a salir de su Mali natal, animado por su madre ante la situación desesperada de la familia, atravesando Argelia, Marruecos y desembarcando, al fin, en las Canarias, creyendo haber conseguido su objetivo...
El film, de una crudeza brutal, desgarrador, como ya he dicho, y desesperante en su conjunto, no deja de relatar una situación presente en miles de familias del África subsahariana que ven en su migración a Europa la posibilidad de comenzar una vida mejor, alcanzar su desarrollo humano y reportar dinero a su familia, que permanece esperando sin saber, en la mayoría de los casos, si su hijo ha alcanzado su objetivo o ha perecido por el camino, víctima de las mafias, las enfermedades o el cansancio. 
Una historia real que hace pensar y consigue que las lágrimas consigan alcanzar el lagrimal. Es ya cuestión de cada uno mismo si permite que éstas afloren al exterior.

Esta fue toda nuestra presencia en el certamen pese a que, a continuación, haré una sucinta enumeración del resto de películas a concurso, por si alguien está interesado en investigar.

El miércoles 17 la película proyectada fue "Fidaï", de Damien Ounouri, una película-documental sobre un antiguo moudjahidin en el seno de la Federación Francesa del FLN (Frente de Liberación Nacional), movimiento armado que luchó por la independencia del país a lo largo de los años '50 y '60 del pasado siglo. El protagonista, Mohamed El Hadi Benadouda, tío del padre del director, narra en primera persona sus experiencias a lo largo de años de lucha contra la opresión y la ocupación francesa.

El jueves 18 la película a concurso fue "Les mécréants", de Mohcine Besri, donde se narra el secuestro de un grupo de actores que se encuentran de gira, presentando su último espectáculo, por parte de tres jóvenes islamistas, debido a la orden de su jefe espiritual. A lo largo de una semana de huída, ambos grupos, de inicio tan distintos, van conociéndose mutuamente para ir, poco a poco, limando y afrontando los prejuicios mutuos existentes entrambos.

Y el viernes 19, día de la clausura, la proyección fue la de la película argelo-francesa "Bouts de rêves el bouts de vie", de Hamid Benamra, documental argelino que pone en boca de una cierta cantidad de artistas famosos y celebridades locales una frase que traducida viene a decir: "Ser revolucionario/a no significa siempre cargar con un kalachnikov sino ser testigo de su historia". Apartir de esta declamación del artista Mourad Boutadjine se realiza un retrato poliédrico de las diferentes formas de adoptar un rol revolucionario que trate de cambiar las condiciones de vida de un país.

En torno a esta sección oficial, de gran calidad tanto por su temática como por sus puntos de vista, se llevó a cabo la proyección de cortos sobre la Revolución del Jazmín en Túnez, Una perspectiva sobre el Panorama del cortometraje en el Norte de África, y una competición de cortos realizados por argelinos.

Pequeñas joyas de las que no pudimos disfrutar en su totalidad porque esta ciudad con atrapa con su actividad y tenemos que probar un poco de todo ante la miríada de planes sucesivos que se agolpan cada tarde delante de nuestros ojos.

Os dejo una imagen de la sala de la Cinemateca donde tuvieron lugar las proyecciones.

martes, 16 de octubre de 2012

escenas cotidianas

Hoy voy a dedicar una entrada a narrar escenas cotidianas que me voy encontrando por Argel, ciudad hiperactiva y cosmopolita pese a la impresión que me traje de España pero que a lo largo de los numerosos paseos que ya he realizado por la capital he conseguido transformar en total admiración. 

Sirva como ejemplo este bote de pastillacas recién llegadas del otro lado del Telón de Acero, auténticamente Russian Red's, en velado homenaje a Lourdes (con cariño, si me lees... Estás invitada tú también si os queréis venir Pablo y tú. Aquí te aseguro total discrección e invisibilidad por la calle, con total probabilidad). Ese cubo que ahí véis fuera de escala tiene el tamaño de un cubo de pintura de los de 15l. es decir, para los que no os manejáis en el mundo de la construcción, 40cm. de alto y un diámetro como una canasta de baloncesto. Lo que no sé es si el tamaño de las pastillas van acorde al del contenedor o si dentro hay las 10.000 unidades que parece indicar el envase, sería cuestión de pasar y preguntar, si entre vosotros hay algún interesado.
Otra escena que me causó bastante curiosidad fue esta placa que indica dónde se encuentra la sede de la Liga Regional de Fútbol de Alger, en el segundo piso de este edificio, en pleno centro de la ciudad.

Comparar cómo son tratadas las diferentes sedes dependientes de la RFEF en España, como si fueran pequeños palacetes de los diversos taifas que mandan a nivel territorial bajo el paraguas de Villar, con la humildad que aquí se ve, al menos, te deja perplejo.
Y aquí viene el plato fuerte del día:

Entrar a una carnicería a por unas pechugas y unos muslos de pollo, ponerte a hablar con el carnicero para que me explique los nombres de los diferentes despieces del mismo, seguir hablando de cómo me llamo -aquí me sirve de ejemplo sacar a colación al Pipita Higuaín, tocayo mío-, escuchar un ruido metálico a mi espalda mientras aparece un matarife con el mandil totalmente ensangrentado, volverse intuitivamente a ver qué era el ruido que acababa de surgir en la tienda y toparse con una CABEZA DE TERNERO es una sensación potente e impactante.
Debió ser al ver mi cara cuando me ofrecieron fotografiar la pieza por delante, por detrás y con la bolsa del Barça que podéis ver en la imagen, pues aquí todo está relacionado con el fútbol, cualquier conversación, cualquier chaval por la calle lleva una prenda deportiva de algún equipo europeo o local, ... ¡TODO! ¡ABSOLUTAMENTE TODO! tiene relación con el fútbol. Hasta las cabezas de terneros en los ganchos de las carnicerías. 


 Y, por último, por el momento, una instantánea sobre un tema del que hablábamos el otro día y es que salió el tema de hacer deporte en Alger, que no hemos visto a nadie correr por la calle, que en los parques está prohibido y bla, bla, bla,... que estaría guay organizar una media maratón, que si tal, que si cual,... y volviendo para casa me encuentro este cartel.

¡Hala, en los dientes! Una vez más, la ciudad me sorprende con estas cosas que, aparentemente, no suceden en Alger pero que te hacen pensar que en algún lugar de esta ciudad hay gente que hace deporte, además de tener un carraco con un Remus que parece de competi o motos que ponen en riesgo la vida del conductor y la del peatón.

Entre tanta polución, un respiro deportivo.

Restaurant HUBBLY-BUBBLY


El sábado 13 de octubre, tras nuestra visita al Monumento a los Mártires de Argelia buscamos un lugar donde comer, que estuviera cerca de la plaza ya que yo, personalmente, tenía interés en ir a ver qué se cocía en las carpas que allí había sin ser consciente de lo que me iba a encontrar allí, como bien os comento en una entrada anterior.

Así que tomamos el camino de bajada, en dirección al teleférico, donde nos pareció haber visto establecimientos para echar un bocado.

Teníamos ya bastante hambre (como de costumbre cuando buscamos sitio para comer, por otro lado) ya que no era pronto y menos para estos lares, por lo que nos metimos en el primero que nos encontramos.
El restaurante se llama HUBBLY-BUBBLY  y lo regenta Mustapha -aunque gusta que lo llamen Mus- camarero  muy atento que se desvivió en atenciones, se hizo fotos con nosotros y nos acabó dando su número de teléfono para que le avisemos siempre que queramos subir a comer allí, ofreciéndose a prepararnos cualquier comida que convengamos por adelantado y para tanta gente como necesitemos, en función de las previsiones de asistencia. 
Todo un fichaje para posibles reuniones o visitas de familiares y/o amigos.

El establecimiento no es más que una pequeña construcción donde apenas cabrán 20 personas, con cinco o seis mesas dispuestas para cuatro personas cada una y una zona exterior donde tiene colocadas otras cinco mesas bajo un olivo bastante viejo ya pero plagado de olivas aún diminutas. Le espera una buena cosecha. 
Subiremos en diciembre a ver qué tal le ha sentado el otoño al árbol.

Allí nos sentamos, bajo la protección del olivo, pese a que no hacía sol y prácticamente estaba cubierto como, de hecho, empezó a llover a lo largo de la tarde y, especialmente, por la noche de esa jornada.

Mus nos ofreció lo que le quedaba de platos del día, ya que era un poco tarde y no tenía ya mucha variedad.

Nos adelantó unos trozos de queso camembert rebozado y fritos exquisitos.
Y como plato del día nos pudo ofrecer sendos platos combinados de carne picada adobada con perejil, ajo y otras especias del terreno que no pude reconocer, con un huevo de codorniz semihecho sobre la carne, acompañado de spaggetti y patatas fritas y, por otro lado pechugas en salsa de nata y queso con la misma guarnición.

Todo esto con una ensaladita mixta para compartir y aceitunas verdes.

Pan que no falte, agua, zumo o coca-cola a elegir, postre y café o té. 

Todo ello por la friolera de 900DA por cabeza, lo que nos pareció un precio más que razonable por tratarse de una de las pocas zonas, pudiéramos llamarla turística, de la ciudad, las horas a las que le hicimos prepararnos la comida y la atención prestada.

Como os digo, la sesión estuvo plagada de fotos en uno y otro sentido, saludos cordiales y presentaciones, quedando comprometidos a volver a visitarlo en el menor plazo de tiempo posible.

Cumpliremos nuestra palabra.