jueves, 22 de noviembre de 2012

viaje a Orán_14-17/11/2012_día tercero

El tercer día en Orán comenzó, como no, con otro pantagruélico desayuno en la planta baja del Ibis, cita ya obligada para desperezar nuestros cuepos e ir ayudando a nuestras neuronas con el arranque de un nuevo día.


Día, por cierto, que amaneció nublado, con una bruma que ascendía desde el mar hacia el interior pero que, poco a poco, fue abriendo para dar paso a un día radiante como el anterior aunque no tan caluroso, algo que se agradeció para cumplir con el programa del día.


Tres citas nos esperaban a lo largo del día de hoy que relataré en orden de aparición, como en las películas, empezando por el Hotel-Centro de Convenciones Le Meridian de Orán, hotel de última generación con centro de convenciones asociado para la realización de grandes concentraciones de negocio, propiedad de la energética estatal Sonatrach, e inaugurado el 20 de Abril de 2012 con motivo de la de la celebración del 16° Congreso Internacional del Gas Natural Licuado, organizado por el promotor del hotel.
El edificio, de una contemporaneidad pasmosa para tratarse de Argelia, supera todo lo anteriormente visto por el que escribe este blog desde mi llegada a este país. Deja de lado la cosmética y lo superfluo para resolver, con una sobriedad extrema que no prescinde de la decoración y el color, unas exigencias de programa que hacen de este hotel un lugar único para disfrutar de la estancia, hacen de él un lugar ideal para el trabajo ocasional y permiten disfrutar de las vistas iigualables del Mediterráneo que se abre, luminoso, a sus pies.
Éste se resuelve en dos volúmenes prismáticos sonde se diferencian la zona residencial y el espacio destinado a congresos.
El alzado principal, compuesto por un plano reticulado configurado por los balcones de las habitaciones, se levanta, rotundo, al final del paseo de acceso, conformando un frontal perceptiblemente cuadrado e intensificado por la repetición de esta forma a lo largo del panel de 14x14 habitaciones que configuran su alzado.
La ejecución y la realización de los detalles constructivos, al menos en lo perceptible, han sido llevados a cabo con unos estándares de calidad que, por primera vez desde que estoy en el país, merecen la pena destacar y se aproximan a lo mínimamente aceptable en cualquier obra que se pretenda decir que está bien acabada.
Para que os podáis hacer una idea de las vistas que se pueden disfrutar desde este hotel y el ambiente de absoluto silencio y descanso del que goza el entorno, dejo alguna muestra de lo que nos encontramos.
Mención especial merece el único elemento decorativo del edificio: el mural cerámico más grande del mundo incluído en el Libro Guiness de los Records. Creada por el artista argelino Tewfik Boumedhi, la fachada, de 2000m2, está compuesta por 51.000 azulejos y refleja la cultura del sur del Mediterráneo en estilo árabe morisco. 
La realización, llevaba a cabo, en coordinación, por 12 talleres de cerámica de Talavera de la Reina, resultó de la fusión entre artesanía y alta tecnología ya que la obra, formada por pequeñas piezas de 20x20cm., configuran un motivo decorativo de la extensión de medio campo de fútbol.
El efecto decorativo queda potenciado por la presencia de una lámina de agua a sus pies que refleja el motivo, fusionándolo con el entorno y con el azul del cielo como se puede percibir en el caso de disfrutar de un día soleado y claro como el que nos recibió en Orán.
Estas son las vistas de las que se disfrutan paseando por los espacios exteriores de Le Meridian Orán Hotel & Convention Centre.

Todos los aspectos están minuciosamente cuidados en esta cadena de hoteles, no pudiendo ser menos la elección del mobiliario, el diseño de interiores o la mismísima carta del restaurante.
El vestíbulo se ha diseñado pensando en crear un hub creativo, lugar de trabajo donde desarrollar actividades de cración potenciadas por el genus loci del lugar, tan de moda en estos tiempos. Lo cierto es que el espacio es muy agradable, unido a la tamización de la luz indirecta que incide desde el Mediteráneo, el equipamiento disponible que facilita el trabajo creativo, así como el entorno de tranquilidad y absoluta quietud que se respira. 

Un buen sitio para que te manden si tienes que venir a trabajar a Orán.
Aquí dejo las credenciales del hotel, para interesados en su visita o disfrute.

De Le Meridian nos dirigimos, de nuevo, dirección oeste, en busca de la ciudad y, más concretamente, del promontorio que domina cualquier vista que desde ella se tenga: el monte de la Santa Cruz y los dos hitos que allí se encuentran, la Fortaleza y la Capilla del mismo nombre. El relato continúa por esta última.

Con los orígenes en una pequeña capilla construida a mediados del XIX tras una terrible epidemia de cólera, una edificación reliciosa católica se yergue majestuosa con toda la Bahía de Orán a sus pies.
La construcción, de una sobriedad adecuada para su uso y que ha permitido su conservación en una sociedad ya nunca más cristiana, se constituye de la basílica en sí misma, medianamente excavada en la roca, de forma cúbica con la forma de la cúpula reflejada al exterior y encalada, toda ella, al exterior; de un patio de unas dimensiones de unos 500m2 rodeado de un perímetro porticado y de un torreón construido en piedra pero de apariencia ligera, coronado por una imagen mariana.
Lo más interesante del conjunto es el patio interior, perceptivamente aislado de cualquier injerencia mundana y las vistas que desde aquel punto tan privilegiado se tienen de toda la planicie oranesa.
La conservación del conjunto, como no puede ser de otra manera, brilla completamente por su ausencia, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta el binomio que conforman las condiciones socioeconómicas del país y la ausencia de un turismo, pese a todo, incipiente en los últimos años.
Las vistas, como os contaba anteriormente, impresionantes.
Y aquí aprovecho para presentar, además del txakurra que aparece a la izquierda del todo en la foto de grupo y que hizo de coordinador de nuestra escolta personal durante todo el día, a Hakim y Yahia, nuestros dos anfitriones y guías en este viaje y que han dejado un recuerdo indeleble en nuestros corazones por la bondad en el trato, la disponibilidad absoluta y la inquebrantable insistencia en aprovechar todos y cada uno de nuestros minutos en su ciudad, a veces llegando al límite de las paciencias de más de uno de nosotros pero que, dadas las buenas intenciones, no podemos más que agradecer una y mil veces su disponibilidad y buena fe.

Y  aquí Ignacio, pensando en organizar una subida en bici desde el Puerto de Orán hasta la Fortaleza de la Santa Cruz, el próximo monumento visitado y que paso, a continuación, a relatar.


A lo largo de 30 años a finales del siglo XVI, la Armada Española, por orden del Conde Álvarez Silva de Santa Cruz, invadió y construyó en lo alto del monte l'Aïdour, una fortaleza militar que sirviera para defender el Estrecho del tráfico y presencia de piratas surgidos tras la decadencia del Imperio Omeya y la llegada de sucesivas incursiones Almorávides y Almohades.
El fuerte fue contruido en lo alto de un promontorio a casi 400m. sobre el nivel del mar pese a su cercanía, lo que da una idea del desnivel salvado para su edificación.
Para su edificación se requirió del transporte de todos los elementos constructivos, véase, la piedra, la madera, la arena, el agua, el hierro... desde puntos alejados al de su edificación, salvando el desnivel existente mediante rampas y caminos realizados a tal efecto.
La mano de obra debió ser elemento indispensable para su realización compuesta en su mayor parte por prisioneros de la propia Armada Española entre los que figuraban los propios pobladores de la zona y ajusticiados de la Corona, algo muy propio de aquel momento.
El edificio dispone, destacando por su singularidad, un aljibe para agua de lluvia que puede llegar a almacenar hasta 300.000 litros de agua, procedentes de las precipitaciones, lo que hace, en un entorno de aguas salobres y salinas como el de Orán, una instalación fundamental para la propia vida útil de la infraestructura y para asegurar las condiciones de vida de los ocupantes sin tener que preocuparse por el suministro exterior.
El edificio fue restaurado a mediados del siglo XIX por el Ejército Francés, quedando en la situación que hoy se encuentra, con todas sus salas visitables y acondicionadas de forma diáfana para su recorrido peatonal.
Las vistas, especialmente desde su azotea, son dignas de disfrutar así que, ya sabéis, si alguno/a de vosotros/as quiere saber lo que se alcanza a ver desde allí (dicen que en un día claro se puede ver la costa de Almería), por 20DA más lo que nos cueste el viaje a Orán podrá comprobarlo con sus propios ojos si tiene a bien venir a vernos a este lado del Mediterráneo.
Estas son las vistas desde la atalaya superior del Castillo, espacio privilegiado para jugar a las Batallas de Barcos, tan de moda en el Renacimiento, aunque aquí tiraban a dar y no como Felipe II y su Corte en el Canal Mayor del, hoy, Parque del Retiro y, más concretamente, en lo que actualmente es el Paseo de Carruajes.
Una conversación a 500m. sobre el nivel del mar teniéndolo ahí debajo es una buena terapia para limpiar tu cabeza de pensamientos estériles e intranscendentes.
Y aquí, de nuevo, sentido homenaje a Hakim y Yahia, de negro y blanco, respectivamente, fantásticos anfitriones en esta nuestra primera visita a Orán y que, a buen seguro, no será la última.
Y el día que nos hizo... pues eso, que ya lo estáis viendo.
Sólo los allí presentes podemos dar fe de lo claras que nos quedaron las explicaciones de nuestro guía de referencia.
La vista del Puerto de Orán y de la zona costera, desde la fortaleza, con la Capilla de por medio son, sencillamente, impresionantes.
Nos llevamos grabadas a fuego en nuestras retinas las sensaciones vividas en el monte l'Aïdour, entre piedras puestas hace 400 años y el vasto mar extendido, como una alfombra de zafiro, ante nuestros ojos con Europa, como telón de fondo, alzándose impotente ante las nuevas emergentes que amenazan su hegemonía centenaria.
Argelia, nuevo punto de referencia en la escena geopolítica mundial y aquí nos encontramos nosotros, dispuestos a contribuir con nuestro pequeño granito de arena.
Argelia, siempre presente aunque sin intención de ser protagonista.
Cuántas películas y obras de teatros son socorridas por ese fantástico y aparentemente desapercibido actor de reparto o actriz secundaria que acude en la ayuda del protagonista o estrella principal.
E Ignacio dándole vueltas a su próxima idea para este viernes: I Concurso Internacional de Pintxos de la Wilaya de Alger. Os tendremos informados a su debido momento.
Y aquí damos por finalizada la visita a la ciudad de Orán por el día de hoy. Nos dirigimos, ya exhaustos por la intensa mañana de excursiones e incursiones, a la Playa de los Andalousses para ingerir una -eso creíamos nosotros antes de llegar- opípara comida al borde de la mar serena.

Tras la visita a la playa -el Benidorm oranés, sin más interés que una cuenta corriente en Bankia- y una comida en un chiringuito playero donde vale más la pena olvidar lo sucedido, volvimos sobre nuestros pasos cuando nos dimos de bruces con esta maravilla del urbanismo argelino.
En el pueblo de Bab El Turk tienen instalada una glorieta con estos motivos alegóricos marinos: unos delfines besándose en el morrito flanqueados por cuatro pares de caballitos de mar, erguidos frente a frente, formando un conjunto que no podíamos obviar y en el que decidimos tomarnos unas instantáneas para dejar constancia de los contrastes que nos encontramos en estos lares día a día.
Aí pusimos fin a la excursión, dejamos descansar a nuestros chóferes, y nos dirigimos a retomar fuerzas al hotel con la intención de, esta noche sí, salir al Sheraton para ver qué se cocía en la noche oranesa.
Quisiera dejar constancia de nuestro medio de transporte, un kia picanto recién salido del concesionario y con las placas, como podéis ver en la imagen, todavía sin poner. La flexibilidad en la aplicación de las normas de tráfico y el número de infracciones cometidas por segundo en este país es inversamente proporcional al número de accidentes que hemos podido observar en nuestra corta estancia en el país.
La noche acabó, una vez más, en el Sheraton Orán, esta noche relajados en unos de sus sillones, a la espera de poder visitar la discoteca del hotel. Aviso: un español no debe nunca, repito: nunca, venir a Argelia buscando fiesta nocturna. Ya la encontraremos a la vuelta. Lo que tememos es que nuestra capacidad de aguante se haya visto mermada por el inexistente entrenamiento al que nos hemos visto sometidos. Tened piedad de nosotros estas fiestas.
Y mañana, el cuarto y último día...

domingo, 18 de noviembre de 2012

viaje a Orán_14-17/11/2012_día segundo

Hola a todos desde Orán.
Nuestro segundo día amaneció de la siguiente guisa, con el correspondiente canto del muecín oranés  a eso de las 06:30 de la mañana, mientras el sol rayaba en el horizonte. Mientras tanto, nuestros cuerpos trataban de depegarse de las sábanas para empezar a descubrir Orán sin saber todavía el día primaveral que nos esperaba.
Tras el correspondiente remoloneo post muecín, ducha y acicale general, me dirigí a explorar las entrañas del restaurante del hotel en busca de un, aún por descubrir, desayuno continental en el Ibis Orán que a buen seguro no nos iba a decepcionar.
Y así fue. Dos horas de absoluta fruición ante huevos revueltos, rodajas de chopped -de pavo, claro-, queso edam, huevos pasados por agua, zumos de varias clases, tazones de capuccino y, para los que aún pueden disfrutar sin tapujos del glúten, tortitas recién hechas con miel o chocolate fundido, bollería variada y, de postre, fruta de temporada, y yogures.

Todo este pantagruélico desayuno por 1010DA merece un aplauso o las lágrimas de Javi como podéis ver en la imagen que acompaño.
Ya con renovadas energías tras el capítulo anterior, nos dirigimos a descubrir Orán, de la mano de Hakim, nuestro cicerone particular en la principal ciudad occidental argelina. Un día radiante nos saludaba y el Mediterráneo entero se abría ante nuestros ojos aunque, esta vez, la pespectiva era la contraria a la que habitualmente se tiene desde Europa. El Mediterráneo visto desde el sur tiene otro color.
El balcón que bordea el mar en Orán es el extremo opuesto al que estamos yaacostumbrados a ver en Alger. Mientras que la conurbación argelina se estima en siete millones de habitantes, aprisionados a lo largo de treinta y cinco kilómetros contra el sistema montañoso que corona el Golfo de Argel , Orán se extiende calmo a lo largo de la planicie que da continuidad a los acantilados que se yerguen sobre el Mediterráneo a lo largo, esta vez del Golfo del mismo nombre.
La perspectiva es impresionante y la percepción de la ciudad entera, con el Fuerte de la Santa Cruz dominando el conjunto, majestuosa. 
El desarrollo ha llegado a Orán, desgraciadamente como a otras tantas ciudades que no nos quedan muy lejanas, en forma de grandes torres residenciales à côté de la mer, aunque en este caso el urbanismo imperante y la elección de las tipologías no resultan especialmente desagradables, adquiriendo presencia y quedando totalmente mimetizadas en el paisaje cuando se tiene oportunidad de observar el conjunto desde la vista privilegiada que se obtiene desde la atalaya de la Fortaleza o desde Nôtre Dame d'Afrique.
El primer contacto con la ciudad a lo largo del paseo marítimo nos sirvió para desperezarnos y quitarnos las legañas, así como para olvidarnos de las lluvias que dejábamos atrás en Argel y que nos habían hecho empezar a pensar en el otoño. Aquí el sol calentaba como en una mañana de primavera y alguno de nosotros empezaba ya a arrepentirse de haber dejado el pantalón corto metido en la maleta. 
A lo largo de todo este paseo, elevado unos 50m. sobre el nivel del mar, aparecen pequeñas construcciones espontáneas que parecen desafiar al Mediterráneo, como esperando que un golpe de mar les lave la cara cada mañana, desde donde algunos pescadores lanzaban su caña al mar para arañarle algo que llevarse a la boca o que, simplemente, poder vender al final del día a la orilla de la carretera que circula junto a la orilla, como pudimos ver al final de cada jornada.
El puerto de Orán, de menor tamaño que el de Alger, tiene una actividad importante, domina una vez más el frente de mar de la ciudad y supone la principal actividad de la ciudad, tanto en tránsito de pasajeros como en el de mercancías. Poco a poco, con el auge de la economía del país y de los sectores industriales y de servicios, otras actividades van tomando importancia aunque el puerto siempre será la principal vía de conexión con Europa. 
Mirando a la ciudad nos encontramos con la antigua sede de la Embajada de los EE.UU., siempre en lugar privilegiado cuando los países están a su servicio y fuertemente protegida pero bien situada cuando las circunstancias así lo exigen. Este es el edificio que la albergó hasta el estallido de la Guerra Civil argelina y el comienzo de los Años Negros (o Rojos, según quién cuente la historia).
El edificio, de estilo colonial decimonónico, recuerda por su configuración y estado de conservación a una edificación que ien pudiera estar en La Habana, a lo que ayuda la presencia de palmeras en su patio interior y los balcones por ventanas por los que todas las estancias se abren al mar.
Y aquí tenemos uno de los edificios que más me atrajeron de todo el paseo marítimo. La conservación de las fachadas en perfecto blanco radiente y el respeto al azul como todo contrapunto al blanco nuclear dota al final del paseo marítimo de una belleza doméstica que hace que el absoluto caos reinante en el conjunto de su alzado pase completamente desapercibido o, incluso, potencie el valor etnológico de su fachada.


Eso, sumado al buen gusto del dueño del establecimiento que se encuentra en los bajos del mismo,  hacen de éste uno de los edificios más bellos de todo el paseo marítimo.
A estas alturas nos encontrábamos ya finalizando nuestro recorrido por el frente marítimo de la ciudad de Orán, desde donde pudemos divisar todo el frente costero. Disfrutar de un día como el que nos hizo a estas alturas del mes de noviembre no tiene precio, le alegra el cuerpo a cualquiera.
Estampas contradictorias.

Espacios al aire libre como el Theatre de Verdure, a orillas del Mediterráneo, hacen que sienta que el tiempo no pasa a orillas del Mediterráneo donde, hace ya 2500 años, los griegos instalaban sus propias escenas con el mar como telón de fondo.
Y, a partir de aquí, nos dirigimos hacia el interior de la ciudad, hacia la Placette du Premier du Novembre de 1954, en plena reconstrucción por parte de una empresa de construcción española, encargada también de la remodelación del tranvía de la ciudad.
La plaza, de estilo colonial, está flanqueada por el Ayuntamiento de la ciudad (arriba), edificio del mismo uso durante la ocupación francesa, el Teatro de la ciudad (debajo), remodelado aunque cerrado al público el día de nuestra visita y otros edificios administrativos de impecable factura neoclásica.



En esta foto (superior) se puede ver el edificio que alberga actualmente la Biblioteca Regional de Orán, de estilo bastante ecléctico, aunque con unos aires sezessionistas que ni el mismísimo Hans-Ulrich Obrist. Todo un misterio sobre el que ya estoy investigando.
Frente a la misma, un bellísimo edicicio residencial del XIX (abajo) conformando una plaza circular de una amplitud inaudita en una ciudad magrebí. Por fin el peatón puede disfrutar de un espacio público.

Y como colofón a la diversidad estilística en el diseño aquitectónico, la Catedral du Sacre Coeur de Orán, edificio de estilo romano-bizantino, de principios del siglo XX, ya transformado en biblioteca paro que tampoco pudimos visitar en su interior por ser viernes y permanecer su acceso cerrado al público.
La colonia de cristianos en Argelia es tan absolutamente insignificante que los antiguos centros de culto cristiano han sido transformados por el Estado, bien en centros culturales como bibliotecas, bien en nuevas mezquitas donde practicar el rito islámico.
Os dejo, a continuación, algunas escenas con las que nos encontramos por la ciudad, mientras paseábamos.



Y a continuación, como no, nuestra obligada parada a reponer fuerzas, a eso de las 14h., ya exhaustos por un paseo bastante completo a lo largo del paseo marítimo y del corazón de la ciudad, en compañía de nuestro inseparable Hakim y nuestros escorts personales que ya los querría para sí el mismísimo Berlusconi.

Tras la comida rápida y basura, una paradita en busca de un thé maison, aunque en esta heladería no lo íbamos a encontrar y nos tuvimos que conformar con unos granizados de limón y un helado pequeño para Isaac que iba a resultar que sabia a disolvente. En la imagen, además de los de siempre, de izqda. a dcha., Hakim y nuestra escolta, prestos y diligentes ante nuestra seguridad.

Así poníamos fin a nuestro segundo día en Orán, volviendo sobre nuestros pasos camino del hotel, y despidiéndonos, una vez allí, de nuestro acompañamiento obligado además de nuestro guía/confidente/yoquesé, amigo para siempre y dispuesto para todo.

El día tocaba ya a su fin y, tras un reposo obligado por la intensidad del día, salida en busca de un restaurante donde mover un poco el diente: La Bohême, resto italiano de comida popular, con pizzas a 1'5€, platos de pollo gratinado con guarnición a 4€ y ensaladas a menos de 1€. Total cena para seis: 3500DA, comida, bebida y pan.

Qué mejor para acabar el día que un combinado en el Sheraton Orán mientras Javi da un repaso a su  repertorio en el piano del hall del hotel, ya un clásico en los hoteles que de uno disponen y oportunidad que no dejamos escapar. Se ha convertido en nuestro pequeño sello personal. 

De aquí a la cama que mañana iba a ser un día intenso. Nos esperaba la visita al Ferte de la Santa Cruz, a la Basílica de Nôtre Dame d'Afrique, a la Playa de los Andalousses y a conocer al socio y amigo de Hakim, Yahia, otro oranés de irradiante bondad y mejor trato que nos dejó prendados, él también, con su hospitalidad. Mañana, foto-reportaje de ambos.

viaje a Orán_14-17/11/2012_día primero


El Fin de semana pasado (del 14 al 17 de noviembre de 2012) nos fuimos a Orán a pasar unos días y a conocer la ciudad. El vuelo desde Alger está en unos 45€ y la duración del mismo es de una hora, por lo que es como una escapadita de dominguero.

Salimos a última hora de la tarde del miércoles ya que al día siguiente, fiesta del Muharram, Primer día del Año Musulmán -han empezado el 1434 de la Hégira, para la información de todos mis lectores-, era día festivo en Argelia y podíamos aprovechar un día más de viaje. El vuelo lo hicimos ya de noche, de ahí que no tenga fotos más que del restaurante donde cenamos del que hablaré más adelante.

Nos recibió en el aeropuerto Bouameur y su sobrino, Hakim, el primero ya gran amigo en ese momento y el segundo, casi mi primo después de este viaje que os iré desgranando en sucesivas entradas. A ambos sólo les puedo agradecer de la manera más sincera las atenciones que tuvieron con nosotros y lo facil e interesante que hicieron nuestra visita.

Como decía, llegamos Orán a eso de las 20h. del miércoles 14 de noviembre, reventados tras un retraso de una hora en el avión, de una semana, corta pero intensa y deseosos de que volviera a salir el sol para, por fin tras varios intentos, disfrutar de nuestra primera salida de Alger.

Nos alojábamos en el Hotel Ibis Orán, fórmula económica para quien realice una visita a esta ciudad y, tras dejar nuestro equipaje y despedirnos de nuestra escolta -sí, escolta, policial y esas cosas; hablaré de ello más adelante- y de nuestros anfitriones nos dirigimos a buscar un lugar donde cenar antes de que se hiciera más tarde.
Nos decidimos por el Restaurante Maharaja, cuyas especialidades indias hicieron las delicias de grandes y pequeños. Ante el cuasi absoluto desconocimiento de los allí presentes ante las cualidades y diversidades de esta cocina índica, nos dejamos llevar por las recomendaciones del chef que nos sugirió un menú degustación para seis que nos permitiría poder degustar y saborear las distintas especialidades del restaurante.
La cena resultó copiosa, suficiente variedad para disfrutar de los distintos arroces, diversas salsas y platos de la casa, que nos satisfizo a todos de tal manera que nos sorprendió porque, realmente, ninguno de nosotros tenía ninguna soltura en cuanto a comida india se refiere.
La cena, para seis, fue más que suficiente, no pudiendo acabarnos absolutamente todo lo que nos pusieron, con un pan de pita recién hecho que era para chuparse los dedos, platos con dobles versiones -picantes y no picantes-, una especialidad de salsa de espinacas que nos resultó deliciosa a varios de nosotros, un éxito de pollo en salsas diversas, así como distintos arroces basmati deliciosos.
La cuenta, como veis abajo, no excedió de los 7000DA para los seis allí presentes, yéndonos a la cama con los estómagos bien forrados y con un sabor de boca que, a alguno de nosotros, le iba a acompañar hasta la mañana siguiente, el cual iba a desaparecer con ayuda de un absolutamente divino desayuno continental que íbamos a descubrir y disfrutar en la cafetería de nuestro hotel, pero eso ya es harina de otro costal y de ello hablaré en la siguiente entrada.
Hasta entonces a tod@s. 

martes, 13 de noviembre de 2012

14-NOVIEMBRE HUELGA GENERAL EUROPEA


Por vez primera desde la creación de este blog he de transmitir una opinión sobre mi país de origen, España, así como del continente que abandoné hace ya casi un mes y medio y el cual, visto desde la distancia que supone tener un mar de por medio, parece que unos pocos se han empeñado en destruir a costa de una gran mayoría de ciudadanos que asisten, indefensos, a su desmantelameiento más indecoroso.


Como bien sabéis y, por si acaso hay algún despistado por ahí, éste es el por qué de este post extemporáneo y, en gran medida, diferente a los que acostumbro a colgar en este blog, mañana, día 14 de NOVIEMBRE de 2012 ha sido convocada una HUELGA GENERAL a nivel europeo, a la cual se han adherido las principales centrales sindicales de Grecia, Portugal e Italia.

El motivo de mi post es animar a todos los que, de alguna manera, pudiérais tener alguna duda, reticencia o siquiera poca voluntad de paralizar vuestra vida cotidiana mañana. El bombardeo de información ya sea sobre lo inoportuno de la misma, el deseo exprimido por algunas figuras mediáticas de la ilegalización de un derecho básico, el raca-raca de vuestro compañero de trabajo y sus comentarios jocosos sobre los que mañana van a faltar a su puesto de trabajo o, tal vez, la argumentación de que de poco sirve una huelga general y que es lo que menos necesita España en estos momentos no son sino argumentos elaborados por la oligarquía empresarial y económica perversamente elaborados para el consumo ciudadano.



No. Y mil veces no.

Es fundamental que la huelga de mañana tenga éxito. No ya porque por sí misma vaya a cambiar algo ni pasado mañana sea el comienzo de nada sino para añadir una jornada de protesta más a las muchas que ya se llevan realizadas y no puedan, pasado mañana, utilizar argumentos falaces en contra de quien de verdad trabaja día a día por tod@s nosotr@s: los colectivos de trabajadores.

Y no hay mejor ejemplo ni más cercano de que una movilización continua acaba obteniendo sus frutos que el hecho de que los dos partidos institucionales lleven 48 horas tratando de alcanzar un acuerdo -no entre ellos, que no os confundan los medios, sino con la Gran Banca- para obtener alguna medida estrella y mediáticamente productiva contra los desahucios. 
Pese a que los medios han tratado de poner acento en el último y luctuoso suceso producido en la última ejecución hipotecaria de la que tenemos noticia -¿habéis reparado que ésta ha tenido lugar en Euskadi, a partir de la cual ha habido un cambio de actitud?; a alguien le ha entrado miedo-, ha sido el trabajo de numerosos colectivos ciudadanos dando soporte legal, anímico y mediático a los afectados, el que ha conseguido que este problema aparezca en la agenda institucional.

Y es que está empezando a surgir el germen de la confianza en la protesta por parte de los ciudadanos europeos y no podemos seguir soportando esta deriva irracional a ninguna parte.

¿Alguien sabe cuál es el por qué de las medidas de austeridad que impone la UE?

¿Se está consiguiendo algún avance en alguno de los campos donde se aplican dichas medidas y las cuales pretenden solucionar los problemas existentes?

¿Está obteniendo algún beneficio el ciudadano de dichas medidas?

Son ya varios los años de aplicación de las mismas y los resultados no es ya que se estén haciendo esperar sino que nunca van a llegar por este camino y eso es absolutamente avidente ya para mucha gente. 


Así pues, estudiantes, funcionarios, autónomos, amas de casa, asalariados en general y trabajadore/as de cualquier ramo, mañana...

HUELGA GENERAL